El 24,4% de la población de Catalunya se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social
Según la Encuesta de Condiciones de Vida del 2023, publicada ayer, 26 de febrero, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE – Objetivo UE 2030) en Catalunya es del 24,4% en 2023, 3 décimas menos que en el 2022 (24,7%), según el Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat).
También disminuye el porcentaje de población con baja intensidad en el trabajo, que se sitúa en el 6,6%, 2 décimas menos que el 2022 (6,8%). En cambio, aumenta el porcentaje de población que vive en situación de privación material y social severa, que se sitúa en el 8,9% (8,0% el 2022).
Por edades, el único grupo que disminuye la tasa AROPE es la población de 65 años o más, con una tasa del 16,2%, 3,4 puntos porcentuales menos que el año anterior. En el grupo de menores de 16 años la tasa es del 33,1% y representa un aumento de 6 décimas respecto al 2022 y la tasa del grupo de 16 a 64 años también aumenta y se sitúa en el 24,7% (4 décimas más que en 2022).
Según la composición del hogar, la tasa AROPE de los hogares con hijos dependientes aumenta y se sitúa en el 28,6% (28,1% el 2022); en cambio la tasa de los hogares sin hijos dependientes disminuye y se sitúa en el 20,0% (20,8% el 2022).
Según la nacionalidad, la tasa AROPE de las personas de más de 16 años de nacionalidad extranjera disminuye y se sitúa en el 48,0% (50,0% el 2022); en cuanto a las personas de nacionalidad española, la tasa AROPE es de un 19,2%, con una disminución de 0,3 puntos porcentuales.
En relación con la actividad económica, las personas paradas presentan una tasa AROPE más elevada (55,6%), mientras que la tasa de las personas ocupadas es más baja (16,3%).
En cuanto a los indicadores del nivel de privación de los hogares (que recogen aspectos subjetivos de las condiciones de vida), un 36,1% de la población declara no tener la capacidad de hacerse cargo de gastos imprevistos de 800 euros, cifra que supone un incremento de 1,3 puntos porcentuales respecto del 2022. La población que declara no poder mantener el hogar a una temperatura adecuada es del 20,0% (19,2% al 2022). En cambio, la población que declara que no se puede permitir una semana al año de vacaciones ha estado del 29,8% (30,9% al 2022), por lo cual este porcentaje se ha reducido en un 1,1 puntos porcentuales.
Por otro lado, el número de personas que viven en hogares y que declaran llegar con facilidad a final de mes representan el 53,1% (1,9 puntos porcentuales más que al 2022). Así, disminuye el porcentaje de población que dice llegar a final de más con dificultad, que se sitúa en el 46,5% (2,0 puntos porcentuales menos que al 2022). Dentro de estos grandes grupos, hay que destacar los aumentos de los que declaran que tienen mucha dificultad y mucha facilidad: los primeros aumentan del 8,0% el 2022 al 9,2% el 2023 y los según pasan del 2,7% el 2022 al 3,2% el 2023.
La información sobre los ingresos, las prestaciones sociales y la intensidad en el trabajo que ofrece la Encuesta de condiciones de vida 2023 hace referencia al 2022. En este sentido, los ingresos medios netos de los hogares catalanes son de 38.888 euros y de 15.830 euros por persona en 2022, dato que supone un aumento del 7,5% y del 7,7% respectivamente, respecto del año anterior.
Las transferencias sociales (incluyendo las pensiones) han hecho incrementar la renta inicial de las familias un 34,1% en 2022, mientras que el año anterior lo hicieron en un 36,2%. El 62,5% de los hogares han recibido al menos un tipo de prestación social (prestaciones por vejez, desocupación, supervivencia, ayudas a los hogares, enfermedad invalidez, entre otros). Del total de hogares que han recibido prestaciones en 2022, un 55,1% han estado por vejez y supervivencia (52,5% en 2021), un 30,4% por paro (39,3% en 2021) y un 33,6% han estado beneficiarias de alguno otro subsidio o prestación (30,7% en 2021).
Los indicadores de desigualdad de la distribución de la renta se han reducido ligeramente en 2023. El indicador S80/S20 es del 5 el 2023, 1 décima inferior al 2022. Este indicador muestra como el 20% de los hogares con mayores ingresos acumulan 5 veces el que ingresan el 20% de los hogares más desfavorecidos. En cuanto al índice de Gini, este es del 29,9% el 2023, mientras que el año anterior fue del 30%. (Hay que recordar que un índice de Gini igual a 0% indicaría máxima igualdad e igual a 100% máxima desigualdad.)
En el año 2023, el umbral de riesgo de pobreza ha aumentado un 6,1% y se sitúa en 12.564,2 euros en los hogares formados por una sola persona. Este umbral se fija en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de los hogares catalanes.
El umbral de riesgo de pobreza se calcula en función de la distribución de la renta entre todos los hogares de un territorio determinado. En el caso de Catalunya, se tiene en cuenta la distribución de la renta de todas las personas que viven en Catalunya; el umbral en los hogares formados por una sola persona es de 12.564 euros, del cual se obtiene una tasa de pobreza del 18,0%. Los cálculos que elabora el Idescat en la Estadística de condiciones de vida de Catalunya tienen en cuenta este umbral. Por su parte, el INE aplica el umbral del conjunto de España, que es de 10.990 euros en los hogares formados por una sola persona, y aplicado este umbral en Catalunya se obtiene una tasa de pobreza del 13,9%.
La tasa de riesgo de pobreza antes de todo tipo de transferencias sociales es del 40,2%. Esta tasa pasa a ser del 23,9% cuando se contabilizan las pensiones de vejez y supervivencia, y del 18% cuando se contabilizan todas las transferencias sociales (incluyendo las prestaciones por paro, invalidez y ayudas para familias o hijos, entre otros). El año 2022 estos porcentajes eran del 42,4%, del 26,8% y del 19,9%, respectivamente.
En el año 2023, la inclusión del alquiler imputado entendido como el componente no monetario de la renta del hogar que estima el valor del uso que el hogar hace de la vivienda cuando es de propiedad, representa un incremento de un 13,4% en los ingresos medios de los hogares catalanes. Así mismo, el hecho de considerarlo también contribuye a mejorar los indicadores de desigualdad, dado que el índice S80/S20 pasa del 5 al 4,3 y el índice de Gini, del 29,9% al 28,2% con el alquiler imputado.
Si se contabilizan los alquileres imputados cómo si se trataran de un ingreso más, la tasa AROPE se reduce y pasa del 24,4% al 23,1%. En el caso de los colectivos con una propensión más alta a disponer de vivienda en propiedad (como es el caso de las personas mayores de 65 años), la disminución de la tasa es más evidente, y disminuye del 16,2% al 10,2%.